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"Hunt or be hunted": Relación entre política y periodismo desde dos personajes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En algunas ocasiones, periodistas y medios de comunicación se alían con las altas esferas del poder político en aras de conseguir información sobre los acontecimientos relacionados con el Gobierno y sus funcionarios. No obstante, los políticos tienen otra visión de estas relaciones. La serie de Netflix, House of Cards, nos provee el ejemplo perfecto de dos poderes aliados y a la vez enfrentados por diversos intereses.

 

Para comenzar, Zoe Barnes -interpretada por Kate Mara- es un personaje creado desde el estereotipo popular sobre el periodismo, que es la búsqueda de la fama y ascenso social de los periodistas, sin importar qué deben hacer a cambio de esto. Ella se dedicaba a hacer notas sociales del periódico Washington Herald, y desesperada por entrar en el periodismo político, intenta enlazarse con la corresponsal jefe de la Casa Blanca, Janine Skorsky -llevada a la pantalla por Constance Zimmer-. Sin embargo, no logra su cometido y eso la lleva a tocar la puerta -literalmente-  del entonces whip -líder de partido- de la Cámara de Representantes del Partido Demócrata.

 

Tal líder resulta ser el protagonista de la serie, Francis Underwood -Kevin Spacey-, quien encuentra en ella el enlace necesario con el cuarto poder y un medio de difusión para sus intereses. En su primera interacción con la periodista, el político, en diálogo con su esposa después de despedirse de la reportera, deja entrever la posición de la serie respecto a los comunicadores:

 

CLAIRE

 

-¿Una reportera?

 

FRANCIS

 

-Una reportera hambrienta (por una historia)

 

CLAIRE

 

-¿Así no son todos?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De esta manera, aparece la periodista como una oportunidad para Francis, quien no acepta en el instante la propuesta de convertirse en una fuente, pero después se vuelve a reunir con ella y le aclara que ahora “Estamos en el mismo bote. Ten cuidado de no tirar todo por la borda. Si lo haces, solo puedo salvar a uno de nosotros de ahogarse”.  Es claro que Zoe deja de ser parte de la lógica del periodismo, pues se compromete de más con su fuente -inicialmente al aceptar las condiciones de ‘estar en el mismo bote’-, pues deja de ser crítica, y pasa a ser una marioneta de los intereses personales de Underwood, como se mostrará más adelante.

 

Igualmente, mientras la historia avanza, la relación de Frank y Zoe se vuelve no solo profesional sino también sexual, casi como una forma de pago por la información que recibe la recién ascendida a reportera de la Casa Blanca. Esta periodista deja entrever la falta de ética profesional, pues primero, está ‘pagando’ por una información recibida, y segundo, está involucrándose en otro tipo de relación con una fuente, es decir, deja de lado la ‘distancia adecuada’, criterio inviolable para las prácticas referentes al periodismo.

 

Ahora bien, en los Estados Unidos algunos medios de comunicación se identifican con ciertos partidos políticos -como por ejemplo, Fox y el Partido Republicano-, pero el ficticio Washington Herald parece ser independiente, por lo que la periodista comete otro error al tener solo una fuente de un partido, pues no puede contrastar la información con otras, por lo tanto no estará segura de la veracidad, pues obvia los intereses que puede tener su informante al seleccionar lo que le va a dar.

 

 

En esa primera reunión, Underwood deja entrever además el destino de la susodicha, en un curioso diálogo donde menciona Metro (blog donde escribía Zoe para el periódico)

 

"FRANCIS

 

¿Metro te está matando, huh?

 

ZOE

 

(…) Y sí, Metro me está matando."

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Más adelante se hacen más evidentes tanto la influencia de Frank sobre Zoe como el abandono de las prácticas éticas del periodismo por parte de esta última. La periodista es promovida al antiguo puesto de Janine, como corresponsal en la Casa Blanca; es un trabajo codiciado por todos y difícilmente otorgado a personas con tan poca experiencia. No obstante, el nuevo puesto pone la relación de los protagonistas en un plano muy visible, arriesgando el cuello de ambos.

 

Después de poco, Frank exige de Zoe su renuncia al puesto y que vuelva a la labor que cumplía antes si quería mantenerlo como contacto. El personaje de Mara efectivamente niega su ascenso, causando en una pelea con su editor y a continuación su renuncia. Zoey pasa a otro medio, en donde tiene libertad para escribir lo que quiera, y termina jugando un papel aun más importante en los planes de Underwood.

 

Desde Slugline, el medio al que fue Barnes después del Herald, continúa la relación recíproca entre Underwood y la periodista: Él le da información bajo el compromiso de publicar lo que sea sin cuestionar ni confirmar; ella asciende en el medio, tanto en popularidad como en prestigio, y él logra desarrollar planes acorde con sus objetivos. Peter Russo es quizás el ejemplo más claro del poder de la prensa, y mas aun del periodismo manipulado por alguien con una agenda personal dentro del gobierno. Cuando se aproximan las elecciones de gobernador en Pensilvania (hogar de Russo ), Underwood ve una oportunidad pues Peter está en deuda permanente con él, hará lo que se le pida, y presenta la chance de, si todo sale bien, deshacerse del vicepresidente(también de Pensilvania), dejando el puesto para Frank. El primer y más importante paso se da cuando el ambicioso protagonista le pide a Zoe que publique a Russo como candidato oficial de los demócratas. Esta publicación, si bien no estaba siendo realmente considerada por el partido, genera un cambio de perspectiva, y el hombre de Underwood termina como el candidato oficial.

 

A medida que pasa el tiempo y después de muchos artículos tanto para ayudar a Peter como para desacreditar a otros,  muchas pequeñas batallas son ganadas, dejando a Frank en una posición ventajosa. Las cosas con Russo salen mal y termina muerto.  La relación entre Zoe y Frank se deteriora gracias al final de sus encuentros sexuales por parte de Barnes. La misma se dedica a investigar historias relacionadas con la muerte de Russo, como el encubrimiento de su arresto, el cierre del muelle en Filadelfia y su postulación como candidato a gobernación.

 

 

La investigación genera duda en Zoey, quien ata varios cabos sueltos y sospecha de la responsabilidad de Frank. Todo termina en una reunión que Underwood propone para “empezar de nuevo”,  en la que hace a Barnes eliminar sus textos. Al ver que no hay manera de que funcione la relación, el ahora vicepresidente por nombrar asesina a Zoey, lanzándole frente al metro que pasa.

 

En conclusión, como dicen Bill Kovach y Tom Rosenstiel en Los elementos del periodismo, “el periodismo debe lealtad ante todo a los ciudadanos” y “la verificación es la esencia del periodismo”, por lo cual Zoe se equivoca al ser leal a un político, algo que le termina costando la vida, y además, nunca verifica la veracidad de la información, excepto cuando intenta hacerlo en el caso de Russo, pero al deber lealtad a Frank, sus funciones se limitaron y no alcanzó a decir la verdad gracias a no tener la ‘distancia adecuada’ y casarse con el poder político, sin que se percatara del peligro que representa. Por otro lado, es claro que Underwood utiliza a la periodista y a los medios en general para lograr su objetivo, que es ser presidente de los Estados Unidos, y con historias tan faltas de relevancia como las costillas que come en el negocio de Freddy, logra propaganda a favor y debilita a sus enemigos -sin importar el partido al que pertenezcan-, como lo hace usando a Zoe. Por eso, para él la vida se trata de cazar o ser cazado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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